miércoles, 30 de noviembre de 2016


SALIDA A LA HONFRÍA (POR LAURA MARÍN)

El pasado 13 de Noviembre se convocó una salida a La Honfría como parte de las actividades que se realizan en el grupo de crianza del colectivo Wayra.  La idea era dar un paseo entre el paisaje otoñal de la sierra, recoger algunas castañas y asarlas si nos lo permitía el tiempo, pero sobretodo y más importante, pasar un rato juntos. 
Quedamos a mediodía, de manera orientativa, ya que cada familia fue llegando cuando sus circunstancias se lo permitían. Algunos optamos por ir a La Honfría directamente en coche mientras que otros pararon unos kilómetros antes de llegar para recorrer un precioso sendero hasta el lugar del encuentro. La Honfría estaba en pleno esplendor otoñal, ya que a los cálidos marrones y amarillos de las hojas del castaño se le sumaba el rojo del fruto del acebo…todo un lujo para nuestros sentidos. 
El grupo se fue haciendo más numeroso según avanzaba la mañana y recogimos castañas con tranquilidad mientras nos poníamos al día entre los que hacía más tiempo que no nos veíamos. Los más pequeños trotaban, inventaban, escalaban, se escondían y se dejaban llevar libremente por la magia del lugar. La hora de la comida transcurrió con el familiar y cálido compartir de lo que cada familia trae a la mesa. Entre empanadas, tortillas y cruce de recetas nos pasó el tiempo volando.
En plena sobremesa, surgió Juanjo, con su hatillo de sarmientos y sus sartenes castañeras, listo para comenzar la tarea de asar castañas. Salieron deliciosas y de paso nos calentaron las manos y el estómago.  La tarde comenzaba a avanzar, las horas de luz en el otoño son pocas y ya sólo quedaba poco más de una hora para la puesta de sol cuando un grupo de valientes decidió subir a buen paso el sendero para disfrutar de la espectacular vista de la sierra de las Quilamas. Cuentan que disfrutaron del camino, treparon a castaños centenarios y trotaron como gacelas entre los árboles. Subieron hasta La Hollarina, desde donde contemplaron el valle de las Quilamas, la sierra de Béjar, las montañas de las Hurdes y las estribaciones de la sierra de Francia. Los que nos quedamos abajo seguimos con la buena charla, y arrimándonos a ratos al fuego que avivaban los pequeños trayendo ramas y troncos sin cesar…descubrimos que por algo La Honfría recibe su nombre.
En definitiva, fue un día de los que no se olvidan, tanto por el sitio como por la compañía. Todo transcurrió según el “estilo Wayra” donde cada cual encuentra un espacio donde acomodarse y una sonrisa con la que conversar.  Gracias Wayra, por estar ahí.

Laura Marín.  

1 comentario:

  1. Muy bonito escrito, Laura. Y además describe perfectamente la salida otoñal. ¿Y las fotos? ¡Queremos fotos!
    Besos a tod@s.

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